Ana Mendoza de la Cerda, noble española hija de Diego Hurtado de Mendoza,
Se casa muy joven con Ruy Gómez de Silva que estaba muy allegado a Felipe II.
Muerto el príncipe de Éboli en 1573, ella misma se hace imprescindible.
Junto a Antonio Pérez de quien quizás era amante y que la termina metiendo en los turbios sucesos que provocaron la caída del secretario real al tratar de ser asesinado.
La princesa fue arrestada, privada de sus hijos y exiliada a Pastrana donde fallece.
ANÁLISIS GRAFOLÓGICO DE LA PRINCESA DE ÉBOLI.
Esta dama, no es vano a pasado a la historia como personaje de leyenda, diciéndose de ella que era amante de Felipe II y de algunos otros nobles.
La grafología apoya desde luego estas hipótesis ya que además de ser dominante, avariciosa e inquieta utilizaba sin lugar a dudas la masturbación en sus momentos más íntimos.
En aquellos tiempos era un gran secreto.
La representación de Dios, tan difundida en su tiempo, era motivo de fastidio más que de elevación espiritual para ella.
Como la barra de la “d” nos muestra, totalmente torsionada, sólo siente respeto ante tal representación a la hora de relacionarse con el entorno.
Su firma es un puro garabato al que si miramos dos veces nos recuerda la manera de recogerse los faldones del vestido a la hora de inclinarse ante el rey.
Si seguimos el recorrido del grafo desde el principio, nos percatamos de dos elevados garabatos, más o menos paralelos que apuntan hacia el cielo…
…y es que esta señora, apuntaba alto.
Una impresionante falta de autoestima que la acompañó desde niña.
Ya fuese por su relación con los padres o bien por carecer de su ojo derecho.