«Uno de cada tres adultos, en seis meses, ya no escriben con la mano.
Es a nuestros jóvenes a quienes debemos ayudar a desarrollar este potencial, dandoles así el mejor de los ejemplos.
Hace ya unos añitos, existía un anuncio publicitario que decía: “Quien mueve las piernas, mueve el corazón”…
y qué cierto porqué para la Grafología, nuestro lema debería de ser: “Quien mueve las manos, mueve la estructura cerebral”.
Los errores caligráficos como las supresiones, tachaduras u otro tipo de desajustes, , predicen un desempeño deficiente.
En competencias lectoras y en matemáticas esto es evidente.
Para los pequeñines,en su etapa de 4 a 12 años, desarrollan a través de su ejecución cualidades cognitivas.
Estas robustecen su inteligencia, así como otras áreas de desarrollo psicosocial.
Ese mover las manos es determinante.
A pesar de que la escritura a mano puede verse afectada por factores como el control visual, motor, la atención, la percepción sensorial de los dedos , no hemos de pasarlo por alto.
Hay que llamar a los profesionales de la salud y educadores para que aprecien los beneficios a largo plazo de mantener una buena letra.
Esta habilidad esencial, tanto dentro como fuera del aula, mejoraría la empatía entre los diversos sujetos.
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