Análisis grafológico de Helen Keller.

El análisis grafológico de Helen Keller será mejor comprendido tras una breve biografía.

Helen Adams Keller

(Tuscumbia, Alabama, 27 de junio de 1880- Easton, Connecticut, 1 de junio de 1968).

Escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense.

A la edad de 19 meses, sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.

Su incapacidad para comunicarse desde temprana edad fue muy traumática para Helen y su familia, por lo que estuvo prácticamente incontrolable durante un tiempo.

Cuando cumplió siete años, sus padres decidieron buscar una instructora y fue así como el Instituto Perkins para Ciegos les envió a una joven especialista, Anne Sullivan.

Continuó viviendo al lado de Sullivan hasta la muerte de esta en 1936.

Keller se convirtió en una activista y filántropa destacada; recaudó dinero para la Fundación Americana para Ciegos.

En 1924, se apartó de la actividad política para enfocarse en la lucha por los derechos de las personas con discapacidades y realizó viajes por todo el mundo ofreciendo conferencias hasta 1957.

Sus tremendas limitaciones físicas no consiguieron que esta mujer dejase de perseverar en el intento de comunicarse con el mundo exterior.

Como buena pionera, trató por todos los medios hacerse entender de la mejor manera posible.

Su firma era prácticamente un calco de otras que he podido ver en otras muestras.

A Alexander Grahan Bell, el inventor del télefono, le debe la formación especial a la que fue sometida.

Después del éxito de ese aparato con el que se podían comunicar dos personas a larga distancia, se convenció de que ayudar a sordomudos era la vocación real a la que debía dedicarse.

Hellen, aparte de usar la escritura Braile, se especializó en el método Tadoma que consiste en leer a través del tacto los labios del sujeto.

El conjunto de la firma nos recuerda la caligrafía cuadrada.

Esto nos especifica lo muy metódica que tuvo que ser en la vida para lograr avances factibles.

Existe un puntito de presión específico en el inicio de las letras verticales.

Para desarrollar un texto legible, necesitaba tomarse un tiempo en el que hacer mediciones mentales que no entorpeciesen el contacto con el lector.

Hizo de la paciencia un arma de la que no podía prescindir.

Pero con las “E”, no sucede lo mismo.

Lo lógico sería que si las “l”, la “H” y la “r” figuran de forma angulosa, con la vocal podía suceder lo mismo.

Aquí encontramos parte de la magia grafológica que a veces se sale de nuestro entendimiento humano.

(Redondez que recuerda un “3” invertido).

A pesar de la voluntad que poseía, también era especialmente sensible, tanto, que los críticos literarios de la época pensaban que escribía poesía.

Para ella la existencia por si misma ya tiene su lado poético.

Consideró que la mejor manera de explicarnos el mundo en el que tantos invidentes habitan, es precisamente haciendo uso de ella.