La grafología ayuda a entendernos

En grafología es muy habitual encontrarnos con personas que nos indican que no siempre tienen la misma escritura de un día para otro.

Se preguntan la causa que puede conducirles a esto ya que a veces intentan corregir el fallo al ser conscientes de él, y aquello vuelve a repetirse.

Es nuestro deber tranquilizarles y al mismo tiempo explicarles que al estar interconectado el cerebro con la mano, cualquier estímulo emocional que este envíe es rápidamente plasmado sobre la hoja de papel.



En el caso femenino, es frecuente que cuando llegan esos fechas menstruales el carácter fluctúe desacompasadamente sin entender ni nosotras mismas por que nos está sucediendo lo que nos está sucediendo.

Generalmente finalizado el periodo volvemos a la normalidad de siempre pero entretanto…¿Qué cambios se operaron en nuestra grafía?

La grafología nos habla del ductus que viene a ser el cimiento principal de cualquier escritura.

Podemos comprar una vivienda, hacer arreglos dentro de ella, pintar la fachada del color que mejor nos parezca, tirar o poner tabiques pero lo que nunca va a variar son los cimientos en los que ha sido levantada.

Siempre somos capaces de detectar en grafología el hilo maestro que nos lleva a las auténticas raíces de la personalidad.

Hay un detalle que más que curioso yo lo llamaría útil para el lector.

En ocasiones, y sin previo aviso, las líneas del texto tienen la tendencia a dispararse hacia la zona superior.

Si uno está acostumbrado a realizarlas como si se trazasen con falsilla, no podrán evitar el darse cuenta del detalle.

Y ahí comienza una lucha que no se sabe bien de donde procede exactamente.

La tendencia general en ese mismísimo instante es a que la líneas se sigan disparando de igual modo. ¿A qué se deberá?

En grafología sabemos que cuando una gripe de bastante virulencia está a punto de aparecer, suceden estas cosas.

Y hemos puesto este ejemplo como otros tantísimos.

Existen infinidad de enfermedades que pueden detectarse tempranamente.

A esta variante le llamamos grafopatología.



Pero también puede usted mismo realizar un simple experimento desde su casa.

Imagine que ha tenido una fuerte discursión con alguien y que está fuera de sí.

En papel siempre blanco escriba sin más lo primero que le venga a la mente y guárdelo.

Si a lo largo de la jornada ha conseguido controlarse, vuelva a repetir la operación y compruebe los dos textos uno junto al otro. ¿Qué sucedió?

Probablemente cuando estaba lleno de ira las palabras se bamboleaban sin ritmo de ningún tipo, la presión seguramente era capaz hasta de rallar la hoja o al menos dejarla con un serio relieve por el dorso.



En grafología este tipo de experimentos son los que mejor pueden demostrarle hasta que punto la escritura es un fiel reflejo de lo que guardamos en nuestro interior.

Pero eso sí, amigo lector, si por casualidad ha amanecido con una escritura clara, espontánea, con márgenes, espacios y puntos de acentuación presentados correctamente…fluya con el día que tiene por delante sin mayor dilación.

Todo parece combinarse de tal manera para que usted sea muy, muy feliz.

Author

tere ca

Ttulada en grafología, perícia caligráfica y todas las especialidades derivadas de la misma. Difusión radiofónica por medio del programa "Letras al atardecer".

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